
Priscilla, la Reina del Desierto: Un Viaje que Transformó el Cine y la Cultura LGBTQ+
Un Legado que Vuelve a Brillar tras la Partida de Terence Stamp
El fallecimiento del actor británico Terence Stamp, a los 87 años, ha reabierto la conversación sobre una de las películas más icónicas y revolucionarias de los años 90: The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert (Priscilla, la Reina del Desierto). Estrenada en 1994, la cinta se convirtió en un hito no solo del cine australiano, sino también de la visibilidad queer en la pantalla grande. Stamp dio vida a Bernadette Bassenger, una mujer trans madura que viaja junto a dos drag queens en un viejo autobús llamado Priscilla. Su interpretación fue pionera y profundamente respetuosa en una época en la que las identidades trans eran invisibles o caricaturizadas en Hollywood.
La Revolución del Cine Queer en los 90
En pleno 1994, hablar de drag queens, transexualidad y orgullo gay en una superproducción no era nada común. El film rompió con estereotipos y se atrevió a mostrar a sus personajes como humanos complejos, llenos de humor, dolor, ternura y dignidad. La mezcla de road movie, comedia musical y melodrama hizo de Priscilla una obra única, con escenas memorables al ritmo de Gloria Gaynor, ABBA y CeCe Peniston.
La película ganó un Oscar al Mejor Diseño de Vestuario (1995), con trajes coloridos y extravagantes que pasaron a la historia. Pero, más allá de la moda, el verdadero triunfo fue abrir un espacio en la cultura popular donde la diversidad sexual y de género pudiera celebrarse sin tapujos.
Terence Stamp y el Peso de Bernadette
Stamp, ya consagrado por películas como Superman o The Collector, aceptó el reto de encarnar a Bernadette en una era donde pocos actores de renombre se arriesgaban con papeles queer. Su actuación fue descrita como valiente, elegante y profundamente humana. Con su sensibilidad, logró dar visibilidad y respeto a una identidad trans en el mainstream, mucho antes de que existiera un debate global sobre representación en los medios.
El Impacto Cultural que No se Apaga
A 30 años de su estreno, Priscilla sigue siendo un clásico que inspira obras de teatro, musicales y homenajes en Pride alrededor del mundo. La película ha sido considerada precursora de un cine queer que después crecería con títulos como Hedwig and the Angry Inch (2001) o Moonlight (2016).
Hoy, con la partida de Stamp, muchos recuerdan que su valentía ayudó a abrir puertas para generaciones de actores y actrices LGBTQ+ y para una representación más digna en la pantalla. Priscilla no fue solo un viaje por el desierto australiano, sino un viaje cultural hacia la aceptación y la celebración de la diversidad.
El Autobús Sigue en Marcha
El legado de Priscilla, la Reina del Desierto trasciende el tiempo. Su energía kitsch, su música inolvidable y su mensaje de orgullo y resiliencia mantienen viva una película que fue adelantada a su tiempo. Con el adiós a Terence Stamp, es un buen momento para revisitar esta joya y recordar que, aún hoy, sigue siendo una bandera de visibilidad, amor propio y resistencia queer.